Cultivo De Avena: Condiciones Y Cuidados Necesarios
El cultivo de avena está muy bien valorado más allá de sus granos, pues es increíblemente versátil para los agricultores. Es habitual el cultivo de avena sativa, así como avena para forraje para el ganado, gracias a su excelente nutrición al ser cosechado. Asimismo, es un cultivo de cobertura ideal con alto contenido en biomasa para proteger la salud del suelo.
Aunque es un cultivo resistente y que se adapta bien, no significa que los agricultores puedan bajar la guardia. Veamos más detenidamente cómo se cultiva la avena y qué técnicas son necesarias en materia de riego, aplicación de fertilizantes y control de plagas y enfermedades. Saque partido a nuestros consejos para cultivar avena y obtener el máximo rendimiento.
¿Cuándo Y Dónde Se Cultiva La Avena?
La avena es una planta anual que crece mejor en climas fríos. Aunque lo más habitual es sembrarla en primavera para la cosecha de grano, también es popular el cultivo de la avena en otoño como forraje o cultivo de cobertura. El periodo exacto de siembra depende de los patrones climáticos locales y de las condiciones de cultivo.
La avena, ¿dónde se cultiva? Esta planta crece en numerosas regiones de todo el mundo, cuya producción tiene lugar, principalmente, en la Unión Europea, EE.UU., Canadá, Australia, China, Brasil y México.
Condiciones Óptimas Para El Cultivo De Avena
El cultivo de avena da buenos resultados en condiciones de crecimiento relativamente frías e incluso puede soportar heladas suaves. Al igual que otras gramíneas, prefiere crecer en suelos con buen drenaje. A continuación, se describen con más detalle los requisitos específicos del cultivo de avena.
Luz Solar Y Temperatura Para Cultivar Avena
Dado que existen numerosas variedades de cultivo, es importante seleccionar una que se adapte a su zona de crecimiento. Las plantas necesitan al menos seis horas de sol al día, preferiblemente a pleno sol, pero también con sol parcial. Durante los meses de verano, les gusta recibir luz solar por la mañana.
Aunque el clima para cultivo de avena necesario requiere de temperaturas frescas para germinar y crecer adecuadamente, también soporta temperaturas más cálidas una vez bien establecida. El clima óptimo para el cultivo de avena durante su crecimiento es de 20-21°C. Prepárese para suministrar agua adicional a medida que aumente la temperatura. Aunque el cultivo de avena suele resistir heladas suaves, la mayoría de las plantas perecerán a temperaturas inferiores a -15°C.
Manténgase al tanto de la temperatura en su campo y la región de cultivo utilizando EOSDA Crop Monitoring. Los datos de los proveedores meteorológicos, fiables y actualizados, le permiten monitorizar las condiciones meteorológicas pasadas y presentes y obtener una previsión para las próximas dos semanas. Además, con las notificaciones de riesgo meteorológico puede personalizar los umbrales de temperatura para su cultivo y recibir un aviso si hay temperaturas extremas en su campo. Con nuestros servicios, puede estar tranquilo/a sabiendo que dispondrá de tiempo suficiente para hacer frente a condiciones difíciles y mitigar cualquier riesgo potencial para su cultivo.
Necesidades Hídricas Del Cultivo De Avena
El desarrollo del cultivo de la avena está supeditado a un riego abundante, pues estas plantas aman el agua. Para lograr un alto rendimiento, necesita unas condiciones de crecimiento con alta humedad relativa y precipitaciones regulares. El rendimiento del cultivo de avena es casi directamente proporcional a la cantidad de lluvia que cae durante el verano.
Los suelos con poca humedad dificultan el establecimiento de las plántulas. Por eso, durante los periodos de sequía, tendrá que regar sus campos. El riego matinal en la base de la planta ayudará a evitar una transpiración excesiva y protegerá a las plantas en crecimiento del calor del sol del mediodía.
Requisitos De Suelo Para Cultivar Avena
Aunque la avena crece mejor en suelos con buen drenaje, también puede hacerlo en suelos diferentes. El pH adecuado para cultivar avena está entre 6,0 y 7,0, pero algunas variedades concretas pueden soportar un pH en torno al 4,5.
Gracias a su sistema radicular profundo y ramificado, que asimila bien los nutrientes, el cultivo de avena es menos exigente en cuanto a fertilidad del suelo que otros cultivos de primavera. Además, es capaz de extraer nutrientes del suelo a partir de compuestos difícilmente solubles. Por ello, se cree que la avena es un cultivo de bajo mantenimiento que puede crecer bien incluso en suelos pobres. Pese a ello, en realidad, se desarrollan mucho mejor en suelos sanos y fértiles, especialmente las variedades enanas .
Preparación Del Suelo Y Cómo Sembrar Avena
La preparación del suelo para la siembra debe comenzar mucho antes del inicio real de la temporada de crecimiento de la avena, preferiblemente en otoño. En ese momento, el agricultor debe desbrozar y caballar el suelo para mejorar su estructura, airearlo, acelerar su calentamiento en primavera y reducir al mínimo la probabilidad de que las fitotoxinas dañen el cultivo de avena. Prepare el semillero al menos dos o tres semanas antes de la fecha para sembrar las semillas de avena. Cuando el suelo está liso y firme, las semillas pueden germinar más fácilmente y las plántulas crecer más deprisa. La labranza profunda puede favorecer el crecimiento robusto del cultivo de avena en hileras sembradas en primavera. Los rastrillos y los tractores son algunos ejemplos de maquinaria y equipo agrícola usados para labrar el suelo antes de la siembra.
La siembra de la avena en primavera es una práctica muy extendida. Para elegir las fechas de siembra, hay que guiarse por las condiciones meteorológicas. Para plantar avena, la temperatura del suelo debe ser de, al menos, +4°C. La temperatura óptima del aire oscila entre 0 y +2°C, pero las plantas pueden soportar heladas más tardías.
La densidad de siembra del cultivo de avena debe respetar una distancia entre hileras de 15 cm. Habitualmente, la dosis de siembra es de 90 kg/ha. La profundidad de siembra ideal es de unos 4 cm. Sin embargo, para el cultivo de avena forrajera, una profundidad de 1,3-1,9 cm puede ser beneficiosa en términos de tasa de emergencia y producción de forraje .
Para acelerar el hinchamiento y la germinación de las semillas, siémbrelas en un suelo suficientemente húmedo. Asegúrese de que el suelo esté constantemente húmedo antes de que broten las semillas y siga regando regularmente para favorecer el establecimiento de las plántulas.
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Plantando Avena Como Cultivo De Cobertura
Durante muchas décadas, la avena ha sido un cultivo de cobertura común, debido a su capacidad para acumular biomasa rápidamente mientras elimina la maleza, absorbe el exceso de nutrientes en el suelo o sirve como mantillo antes de sembrar cultivos de labranza baja o siembra directa. Como cultivo de alta biomasa plantado en primavera, enriquecerá el suelo con materia orgánica, y plantado a finales de verano, producirá un mantillo rico en nitrógeno después de que las plantas hayan sido sacrificadas en invierno. Su cultivo sistemático como cultivo de cobertura también aumenta el potencial del suelo para capturar carbono y acerca a los agricultores a la obtención de bonos de carbono.
Para cultivar avena como cultivo de cobertura en sus campos, siembre las semillas en el suelo preparado, separándolas 7 cm entre sí. Si cultiva avena junto a otras plantas, aumenta la distancia entre hileras a 20 cm, como mínimo. De cualquier forma, protegerá el suelo de la erosión y mejorará su fertilidad para otros cultivos.
Cuidados Necesarios Para El Cultivo De Avena
Un cultivo productivo requiere cuidados constantes, desde la siembra hasta la cosecha. A continuación, repasaremos las principales prácticas necesarias, como la gestión de la fertilidad del suelo, el riego y la prevención de plagas y enfermedades del cultivo de la avena.
Fertilización Precisa Y A Tiempo
Antes de plantar, compruebe si el suelo presenta deficiencias de nutrientes y añada enmiendas si fuese necesario. Los nutrientes clave necesarios para el cultivo de la avena son los mismos que para otros cultivos de cereales: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Aplique fertilizantes de fósforo y potasio a sus campos de cultivo antes del tratamiento del suelo y fertilizantes de nitrógeno antes de plantar. La etapa de macollamiento es el momento de la fertilización del cultivo de avena con productos que incluyan meso y micronutrientes.
Durante el proceso de cultivo de la avena, la coloración de las plantas es un buen indicador del nivel de nitrógeno del suelo. Las plantas con un tono verde claro indican que el contenido de nitrógeno del suelo es inadecuado, lo que podría dar lugar a un rendimiento de baja calidad; por el contrario, un tono verde oscuro es señal de que el suelo contiene un exceso de nitrógeno, lo que hace que las plantas sean más propensas al encamado y a caerse.
La aplicación de tasa variable (VRA) de nutrientes, con ayuda de plataformas de agricultura de precisión, permite a los productores fertilizar los campos de avena con la cantidad justa de nitrógeno. Consultando el mapa de vegetación de EOSDA Crop Monitoring, los productores de alimentos pueden dividir el campo en función del estado de la vegetación, estimar la cantidad de fertilizante nitrogenado que necesita cada zona y calcular el ahorro que supone la aplicación de tasa variable. Comience con 33 kg de nitrógeno por hectárea en las zonas de crecimiento más fértiles y aumente la dosis en las zonas menos fértiles . Al adaptar sus aplicaciones de fertilizantes a las necesidades únicas de cada zona de cultivo, puede ahorrar dinero, evitar escorrentías de fertilizantes y prevenir el encamado de sus cultivos.
Gestión Rentable De Enfermedades Y Plagas En Los Cultivos De Avena
Los insectos que crecen en la avena pueden dañar el cultivo de dos maneras: comiéndoselo o propagando virus (como los áfidos, que transmiten el enanismo amarillo de la cebada). El control de estos y otros insectos con pesticidas puede no ser rentable cuando se cultiva avena. En su lugar, los agricultores pueden utilizar distintos métodos de gestión integrada de plagas (GIP), principalmente métodos físicos y culturales. Por ejemplo, para disminuir las poblaciones de áfidos y cogolleros del maíz que se alimentan de las hojas de la planta, se puede disuadir a las plagas con pulverizaciones de agua a alta presión. La reducción de las poblaciones de chinches pardas marmoradas y elatéridos, que se comen las plantas jóvenes, es posible mediante el desbroce y la rotación de cultivos.
Las enfermedades más frecuentes del cultivo de avena son los hongos, que suelen crecer en condiciones de humedad excesiva. El cultivo de variedades genéticamente resistentes podría ser la forma más ecológica y económica de controlar importantes enfermedades en los campos, como la roya de la hoja de la avena. Para reducir aún más la probabilidad de royas, se recomienda limpiar los campos de cualquier planta huésped potencial. El cultivo de avena en zonas moderadamente secas y la rotación de cultivos pueden ayudar a prevenir enfermedades como la antracnosis, la septoriosis de la avena, el mildiú polvoriento, la fusariosis de la espiga y el carbón volador. Para mantener a raya las plagas y enfermedades del cultivo de la avena, rote los cultivos para que la avena no crezca tras otros cereales. La función Riesgo de enfermedad de EOSDA Crop Monitoring permite registrar la aparición de enfermedades de la avena en uno o varios campos simultáneamente, lo que facilita una respuesta rápida ante potenciales amenazas.
Riego Regular En Época De Lluvia
La avena suele cultivarse en régimen de secano, pero si no llueve lo suficiente, tendrá que regarla. Si los niveles de humedad del suelo caen por debajo del 70-75%, es necesario regar. A la hora de decidir con qué frecuencia regar, tenga en cuenta factores como la cantidad de precipitaciones, la capacidad del suelo para retener agua y la tasa de evapotranspiración. En condiciones de crecimiento calurosas y secas, riegue las plantas cada tres días.
El cultivo de avena, una planta amante del agua, requiere un riego más frecuente y niveles de humedad del suelo más elevados que, por ejemplo, el cultivo de cebada. Aproximadamente 25 mm por semana es la cantidad de agua necesaria para cultivar avena. Los momentos más importantes para regar las plantas en crecimiento son durante el macollamiento, el enraizamiento y el inicio del llenado de grano.
Durante el proceso de cultivo de la avena, es importante no pasar por alto el momento en que la humedad del suelo y las condiciones meteorológicas exigen más riego. EOSDA Crop Monitoring puede ayudarle con esto. En la plataforma, preste mucha atención a los niveles de humedad de los campos y a la previsión meteorológica para las próximas dos semanas. En épocas de baja humedad del suelo o de inminente tiempo seco, regar más a menudo las plantas en crecimiento garantizará que alcancen su máximo potencial.
¿Cuánto Tarda En Crecer La Avena?
El tiempo de crecimiento de la avena puede oscilar entre 80 y 110 días, dependiendo de las condiciones de cultivo y de la variedad. Factores como la abundancia o escasez de nutrientes y la humedad pueden alargar o reducir el tiempo que tarda la planta en alcanzar una determinada etapa de crecimiento. Otras variables que pueden afectar al tiempo que tardan las plantas en crecer son la densidad de plantas, la infestación de enfermedades y plagas y la presión de la maleza.
¿Cómo Se Cosecha La Avena?
Es habitual que la fecha de cosecha de la avena sea en torno a doce semanas después de plantarla, en pleno verano o más tarde. Sabrá que la avena ha llegado a su tiempo de cosecha cuando el campo adquiera un color amarillo uniforme. Los granos listos para cosechar y almacenar estarán duros y secos (12-12,5% de contenido de humedad). Opte por realizar la cosecha de la avena con tiempo seco; lo ideal es esperar al menos entre 24 y 48 horas después de la última lluvia.
Lo mejor es recolectar el grano mediante espigado directo (corte de las panículas) cuando esté completamente maduro, aunque también se puede realizar antes un hilerado con rastrillos específicos si el cultivo no está uniformemente maduro o si el tiempo no permite que el grano se seque rápidamente de forma natural. El espigado directo, que minimiza la dispersión de la semilla, es el método más práctico para cosechar la avena, siempre que el contenido de humedad del grano sea uniforme. Al cosechar el cultivo, los agricultores a gran escala utilizan cosechadoras para separar rápidamente el grano del tallo.
Los restos posteriores a la cosecha constituyen una buena barrera contra la nieve y protegen el suelo de las heladas invernales. Como parte de la gestión de residuos de los cultivos, puede cortar los tallos que queden después de la cosecha y distribuirlos por todo el campo como mantillo para mejorar el suelo.
Acerca del autor:
Vasyl Cherlinka tiene un doctorado en Biociencias con especialización en edafología y posee más de 30 años de experiencia en este campo. Asistió a la Facultad de Ingeniería en Ucrania y se licenció en Agroquímica, agronomía y edafología en la Universidad Nacional de Chernivtsi. Desde 2018, el Dr. Cherlinka asesora a EOSDA en sus problemas de edafología, agronomía y agroquímica.
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